Reseña

El personaje que camina y enseña rivaliza y aconseja y se faja en estas páginas, es una pieza imprescindible para hablar de los montículos cubanos. Es probable que, junto a Pedrito Pérez, sea el mejor instructor de este país en el difícil arte de lanzar. Sin embargo, a menudo (o casi siempre) le ha tocado quedarse a la vera de los otros, haciendo una eficiente, pero subestimada voz segunda.
Dicen que era buen pitcher pero que un día el brazo se le lastimó y no pudo lanzar más. Sin embargo, cada vez que lo escucho diciendo sus verdades tengo la sensación de que jamás bajó del box, empeñado en tirar los extra innings de este juego infinito contra “los demonios” del béisbol nacional.