Reseña

La literatura de Virgilio Piñera —su narrativa en particular parece el resultado de un programa (tal vez también de un carácter) que se dirige a indagar en lo oculto del raciocinio y de la identidad humanos. Con no menos empeño indaga en lo que a todas luces le resulta una idea aburrida de la realidad. Mejor si esa pesquisa parte de la ironía, es burlesca y se basa en lo 'inverosímil,' pero algo como la inverosimilitud siempre parece en él una prueba, una manera de tensar la indagación. Como no era un payaso, Piñera (Cárdenas, 1912-1.a Habana, 1979) sabía que hasta lo disparatado persigue un fin. Su absurdo no es lo carente de lógica, sino lo que nadie había imaginado antes posible, y que en algún plano lo es. Lo absurdo, lo raro, produce desconfianza y podemos defendernos atacando; la mitad de sus personajes provoca lástima; la otra, repulsión.
A menudo son los propios personajes de Virgilio quiénes se declaran en desconcierto. Como, a menudo también, son ellos mismos quienes relatan sus zozobras, parecen acompañarnos en esa perplejidad que de tanto repetirse acaba volviéndose una condición. El miedo en él ño podría definirse a partir de una circunstancia plural, colectiva, como lo hace Yuri Lotman con respecto a la caza de brujas* En Piñera no suele haber pánico, sino más bien un miedo freático, una vaga conciencia de que lo raro nunca está deltodo bien. Lo raro tiende a producir un desgobierno. L¡a conciencia duda de sí misma, los actos esconden toda relación de consecutividad, y eso los Vuelve peligrosos. Los personajes de Piñera son lo que nosotros podríamos ser si, y la condición, ni es tan agradable, ni está tan lejos como pudiera pensarse.