 
                            Inmensa noche
Julio Herrera y Reissig redescubre la naturaleza en el espíritu y el espíritu en la naturaleza, inventa una nostalgia del pasado que en su época y en
su país había, en efecto, que inventar, sueña pastores idílicos donde había rudos y cotidianos vaqueros, y donde tolvas, ve “un molino que abrazando la luna / inspira de romántico viejo tiempo las cosas”. Y redescubre, por encima de todo, en torno a todo, la noche, la noche esencial, tan ajena a la poesía hispánica del siglo XIX, tan presente en la de nuestro siglo.