A la altura de la Historia
Muchos de nosotros ni siquiera pensábamos en 1958 que a los 20 años o más pudiéramos escribir los acontecimientos que ocurrieron entonces. Muchos de nosotros, jóvenes, en su mayoría de origen campesino, no teníamos en aquellos años una visión bien definida del porvenir y unos conceptos bien formados de la doctrina revolucionaria que más tarde nos alzara a todos, militantes y no militantes del Marxismo Leninismo. Pero hay, sin embargo, algo que distinguió nuestra fuerza, la Columna No. 1 “Julio Laportilla”, que la hizo sobrevivir a la traición y a la modorra, que fue el empeño que todos teníamos en trabajar para el Movimiento Revolucionario, en nuestro amor por la Patria, en la confianza y la fe que todos albergábamos en nuestros máximos dirigentes de la Sierra Maestra y, especialmente, en el compañero Fidel.