La visión de los muertos
En La visión de los muertos la atmósfera fantasmagórica llega a ser sinestésica. Con mano brutal, el autor nos lleva a navegar por la siquis, con elementos propios de la imaginación más audaz. Leyendas cargadas de hálitos claustrales, de espiritualidad dogmática, en el acomodo de líneas del pensamiento decimonónico. Respira el ambiente, lee la sociedad, huele los sueños, interpreta y decodifica las intenciones. Mezcla de realidad onírica, de surrealismo
-permeados
de realismo mágico- llegan, en la exacerbación de principios freudianos, a un suprarrealismo creíble por la honestidad narrativa bañada de poesía. Audacia del ingenio, capacidad fabulatoria en un recorrido misterioso por los enigmas esotéricos. Transitar así por el mundo de la leyenda es el pretexto para disfrutar de estas visiones míticas, talladas en sueños; ricas en imaginerías. Lo legendario cobra matices, sin antiguallas; con mirada serena a la autenticidad de las nomenclaturas identitarias.