Un enorme juego con el tiempo
La obra de Cosme Proenza Almaguer (1948-2022) no puede comprenderse sin esos principios que «tienen al menos quinientos años», y que, en su caso, acompañaron la intención de unir la tradición y la vanguardia, e investigar desde Holguín —el sitio donde quiso hacerlo— las capas y profundidades de la Historia del Arte occidental y de nuestra identidad. El libro está —como hemos visto— fuertemente ligado a su trabajo. Para el artista que aseguró que su obra es «pura investigación», estos constituyeron los soportes básicos para esa investigación inicial, que resultó ser la antesala de «la inquietud del autor ante cuestiones como el sujeto, la historia, el Arte, los museos, las máquinas, en fin: arte e imagen, imagen y reproductibilidad», y articularon el amplio discurso que atraviesa horizontalmente su obra plástica.