Todavía la mitad del día y otros relatos
Todavia la mitad del día es el magnífico retrato de un pueblo, de una sensibilidad y de un instante. El pueblo es uno y es todos: el universo de cualquier adolescente en tránsito a la juventud. La sensibilidad es la de Daniel, un personaje a un tiempo común y extraordinario. Suyo es el ojo que ve lo que escapa a los demás; la voz que puede convertir impresiones, preguntas, desconciertos, en palabras; las palabras en relato. El instante es aquel en que los vectores coinciden, chocan, maltratan a esa sensibilidad, hacen distinto, acaso único, al pueblo: cuando la Historia, el dolor, lo fatal, ingresan en la cotidianidad y Daniel, quizás por primera vez, advierte que lo acompañarán para siempre Eros y Tanatos.