No vendí mi bicicleta (se cambió el título por Cabalgadura)
Un libro de crónicas breves, trece de los cuales están dedicadas a Guantánamo: sitios, hechos, personas de diversos ámbitos de nuestra vida social. En la totalidad el autor muestra su maestría en el género, logra conmover con los motivos más aparentemente simples porque va a lo humano, a las mejores esencias del hombre, con lenguaje natural, sin renunciar al lirismo que emana del propio sentimiento, del hecho recreado, la vivencia o la vida y obra del hombre o mujer a quien nos acerca. Si con esto no fuera suficiente, asoman a estas páginas acercamientos a figuras clave de la cultura cubana como Dulce María Loynaz, Adolfo Llauradó y Rosita Fornés, por solo mencionar algunos, vistas desde la personal sensibilidad y perspectiva del autor, que demuestra una vez más su profundo dominio, no solo del periodismo, sino de nuestra lengua y cultura.