Una máquina de escribir, un abogado
La obra es un producto literario de indudable valía, que se inscribe en el género de la crónica testimonial. Por el ojo literario del autor desfilan acontecimientos ocurridos durante los últimos treinta años de su vida y la de sus contemporáneos, desde los tiempos estudiantiles del bachillerato, la universidad y el desempeño de la profesión como
abogado. Transversaliza fechas lejanas y cercanas, locaciones próximas y distantes, situaciones de disímil naturaleza y personajes de la más diversa ralea, pero en todos hay un claro hilo conductor, que es la ciudad de La Habana, como trasfondo y escenario de todos los acontecimientos, incluso hasta de aquellos trágicos ocurridos fuera de sus límites geográficos.
Con La Habana como ágora de todo lo que es narrado, por este libro desfilan calles, parques, cines, amigos, la Universidad de La Habana, el sincretismo religioso, la migración, los maratonistas, abogados que juegan a la pelota en el imaginario de que son tan buenos
en eso como en los estrados, poetas (sobre todos los esenciales, aquellos que nos ayudaron a enamorar), los acontecimientos que estremecieron a la nación; todos vistos por el ojo agudo de un capitalino hedonista. En todos se transpira cubanidad, orgullo de lo patrio y pertenencia a la ciudad que lo vio nacer, esa Habana real, profunda, verdadera, vista desde abajo, para cambiarla, sin tantos drones de telenovelas que la miran desde arriba, porque real, profunda y verdadera, todavía es maravillosa. Este libro es una antología de las publicaciones que circularon por las redes, algunas poéticas, otras divertidas, otras que nos dejaban la nostalgia de alguna pérdida o una
profunda reflexión sobre acontecimientos sociales.