Estrategia Nacional para el Control del Cáncer
La existencia de avances técnicos en el diagnóstico y el tratamiento
del cáncer es ciertamente una condición necesaria para reducir la mor-
talidad a escala poblacional, pero no es suficiente. Hace falta también la
capacidad de hacer llegar esos avances a toda la población, de la mano
de un sistema de salud eficaz, de un capital humano abundante y compe-
tente, y de un contexto social de equidad.
En nuestro país, en la última, década observamos una ten-
dencia al decrecimiento de la “mortalidad prematura” por cáncer, es de-
cir, la tasa ajustada de mortalidad para la población menor de 65 años
de edad.
Por eso es que un Programa Integral de Control del Cáncer, aun-
que presupone e incluye una buena Oncología, es algo más que bue-
na Oncología. Es una respuesta social organizada, dirigida a modificar,
a escala poblacional, los tres “indicadores de oro” de un programa de
cáncer: incidencia ajustada por edades, mortalidad ajustada por eda-
des y supervivencia promedio. Requiere sentido de urgencia, objetivos
poblacionales explícitos, estructuras institucionales especiales, visión
integradora de la prevención y el tratamiento, participación de la pobla-
ción. Reducir la mortalidad por cáncer: sí, se puede