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¡Sabes trillar la paja, mujer! (me dirijo a la autora) Porque no te demoras en exhibicionismos ralos. Propulsas, eso sí, con la heterodoxia/glosia de los comments, la polisememia de los poemas; y nos regalas con aquellos no ya el scratch del chismógrafo, sino el oro del feedback (sueño de tanto escritor en busca de su lector). Actualizas y refundes la suspensión pragmática de la web (con sus resúmenes a la vista) con el suspense sobre tu vida; y con suerte nos dejas leer algunas, pero solo algunas, de esas perlas después, como si hubiéramos dado click y te nos dieras, diciendo que sí/diciendo que no, tras promiscuos reintentos.